Ella consiguió que se lo creyera. Jugó
en una cuerda sin ataduras, saltó de un lado a otro en ese vaivén
del amor.
Consiguió engañarlo. Era fácil....él
confió. Confusos lazos entre la pasión y el deseo de un secreto
guardado entre dos.
Retozo entre sábanas, placer de dos
amantes ocultos.
Para ella, sólo fue uno más y para
él, otra a la que olvidar.
Y sin aferramientos, se dijeron adiós.
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