Rememoro
aquellos campos verdes,
donde
el bosque se hacía agua clara
de
la lluvia que jugaba descarriada
entre
surcos de frío y gélido barro.
Recuerdo
aquellos altos árboles,
de
hayas, de robles, de fresnos,
de
ramas grandes, liviana hoja,
entre
tierras de Navarra.
Lugar
donde quise ser tronco,
entre
piedras y blancas nieves,
entre
encuentros y locuras,
buscando
apoyo de un amor
que
por ser tan bello
aún
los pájaros cantan.
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