Ni recuerdo el día que
te conocí,
mirando rostros sin
sentido.
Llamé sin ser
convocada,
embadurnando mi
atención
con tu propuesta.
Jugábamos a
conocernos.
Hoy,
el Amor que se hace
banco en un jardín,
-charla de un tu eres,
yo soy
¿que nos pasa?-
sin crear promesas.
Caminar a tu lado de
una forma rara
entre veredas de
asfalto,
entre palabras,
solo somos voces
encantadas.
La suavidad de tu piel
con la aspereza de mis
manos,
caricias
en la estancia de la
calle,
solo somos miradas.
Juntos,
somos paseo, parque y esperanza
en un campo vital de
vinagretas.
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