domingo, 12 de julio de 2015

CARTA A ISABEL.

Mi querida Isabel:

Sé que te debo una carta. Esta misiva no lleva sello y será la brisa de las ondas las que la deposite en tu buzón.

Tengo el alma dormida y me la guardo en un rincón de mi cama esperando a que un día despierte y aparezca.

Mientras tanto, la vida espera entre risas vacías y sin sentido en esas cosas de tontos que te expliqué en su momento y no lleva a nada.

El alma, Isabel, el alma no la encuentro y te doy mi palabra que la busco. No la veo en ningún lado, Isabel por eso tiene que estar dormida y confío que no la encuentre muerta pues si es así….no podré oler esas flores o las olas en la orilla que fotografío.

 Si el Alma no está tampoco la Esperanza.

Si, la Esperanza, Isabel aquella que desapareció antes que el Alma, paso a paso como la gota del grifo que no cierra bien o como la gota de agua eterna escondida en la caverna y forma estalactitas o estalagmitas en el techo o en suelo y no deseo convertirme en piedra. Mas poco a poco, lo seré si no desaparece esta jodida Desesperanza vacía.

No es escribirte de catástrofes. Es para que sepas mi abandono y que aún guardo el anhelo de que la noche y el día se unan , a la vez, en el tiempo para que renazca mi voz, con más fuerza.

Las palabras se las lleva el viento y espero que esta carta te llegue, después vuele.
No te creas muchas cosas que te he escrito son fruto de una calurosa tarde de domingo y los odio.

Con mi cariño:

Trini Ríos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario