En
el jardín,
nació
una gran rosa.
El
pimpollo más hermoso,
sentado
en un gran trono,
reverenciado
por el resto de las flores.
El
viento acaricia
delicados
pétalos en esplendor.
Dulzura
y amor,
levedad
y armonía,
engalanan
al parque
con
rojos
atardeceres de paisaje,
reinando
en fraternidad.
La
rosa principal,
la
más bella,
la
rosa enmarcada
en
horizonte verde,
reconocido deseo en irreal sueño
del
reino centelleante.
Burda
mentira.
Desangrando
corazones
en
suaves letargos,
es
rosa embalsamada de mausoleo,
guardada
en una urna.
Nauseabundo
capullo.
Es imposible dar marcha atrás al reloj del tiempo, pero se le puede dar cuerda otra vez.
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