viernes, 6 de junio de 2014

A Marian, A Claudia.

A vosotras,
que me recogistéis en pedazos,
cuando el secreto se hace confesión,
no hace falta momento ni distancia.

A vosotras,
que me vistéis despojo,
edificio escondido,
ya rehecho.
Se rompe el tiempo a vuestro paso,
encontrándoos en el transcurrir de los años.


A ti Marian,
sabiendo que existe el NO
en el espacio abierto,
se alborota el pasado
en el firme presente.

A vos Claudia,
caramelo de coca-cola,
voz de fruta y agua,
anduvimos bajo la luna,
en aquel lugar en el que la fuente manaba,
eras la mano que me secaba.

A vosotras, Gracias.

A Marian Cerván, Claudia Mahia
las amigas que me recogieron 
en la nueva vida.


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