Danzando mis ideas por la almohada,
mis ojos se clavan en el armario de
tres puertas.
Limpieza del pasado que ya no recuerdo.
Aparece mi vestido de novia,
todo blanco añejo,
cual vino Godello.
De la moña italiana al final de la
espalda,
cojín fino y seguro, resuelvo.
Del rico paño arrugado del cuerpo,
talega con buen fondo para futuros
sueños.
De la larga cola,
decoración de techo cual rollo papel
higiénico,
regusto vital siento.
Si algún día, me caso...
azul marino,
por si acaso!!!!.
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