domingo, 8 de septiembre de 2013

Ondas en el agua.

Ayer, te enterré.
Hoy tengo el cuerpo dolorido
y el corazón ajado
lleno de mariposas naranjas.

Ayer, te enterré y no me duele nada,
quizás, extrañe tus manos calmas,
y tus caricias apaciguadoras
de volcán en medio del arrecife.

Ayer, te enterré de esa forma extraña,
y no siento tristeza,
ya no estás en mi entrañas
ni mi corazón palpita con desesperanza.

Ayer, te enterré
y para tu sepelio,
compré flores de ningún jardín robadas.

Hace tiempo me desenterré
y para ti ya soy,
ondas en el agua.



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